El tratamiento del Carbón Activo es absolutamente indoloro y su realización es muy sencilla: se extiende una mascarilla de carbón activo y seguidamente se aplica el láser IR-Nd-YAG en su emisión de longitud de onda de 1320 nm. Lo que ocurre al aplicar la fototecnología es que las partículas negras del carbón se comportan como cromóforos diana, y al absorber la luz explotan, y a través de los poros, alcanzan los estratos cutáneos profundos, hasta donde conducen la energía láser. Este mecanismo de acción lo convierte en una técnica muy efectiva en los siguientes tratamientos:

Higiene Al hacer que penetre profundamente, impulsado por la energía láser, el carbón activo arrastra contaminantes y células muertas, haciendo que aparezca una piel limpia y renovada.

Peeling Los componentes del carbón, al activarse por el impacto de la luz, producen una exfoliación responsable de eliminar las capas epiteliales queratinizadas, homogeneizar la textura cutánea, cerrar poros y aclarar hiperpigmentaciones.

Rejuvenecimiento La acción renovadora asociada al efecto exfoliante impulsa una intensa estimulación de los procesos de regeneración celular,  que deriva en el aumento de producción de colágeno y elastina. El resultado es el rejuvenecimiento de la piel, que se hace evidente en un cutis más terso, firme, con menos arrugas y líneas de expresión.

Anti-Acné El efecto térmico producido por el láser unido al carbón activo, que de por sí ya tiene una acción bactericida, reduce la actividad de las bacterias oportunistas entre ellas el Propinobacterium acnes. Asimismo, se normaliza la actividad de las glándulas grasas, se descongestiona el tejido y se eliminan comedones.